Vitamina B12 (cobalamina)

La vitamina B12 se sintetiza solamente por microorganismos, bacterias simples y arcaicas del suelo que viven en relación simbiótica con las raíces de las plantas. Para ello, necesitan un metal llamado cobalto.

Existen tres formas de vitamina B12:

1. Hidroxicobalamina: Es la vitamina B12 en forma natural por lo que su uso es más seguro y mejor que con cianocobalamina.

2. Cianocobalamina: Es un artefacto del proceso de extracción original y no existe de forma natural, por lo que puede haber riesgo de toxicidad.

3. Metilcobalamina: Es la forma más usada ya que es la forma activa. La hidroxicobalamina se metila en el hígado en un proceso dependiente de zinc. Por lo tanto, en los casos de déficit de zinc, enfermedad hepática, alcoholismo, toxicidad por cobre, ratio cobre/zinc más de 10, existe una mala conversión de hidroxicobalamina a metilcobalamina. Además, cuando la suplementamos en forma de metil, se potencia un proceso bioquímico de transferencia del carbón suelto, más conocido como metilación. Esta reacción es necesaria para un sinfín de rutas metabólicas como la producción de neurotransmisores monoaminos, serotonina, melatonina, fosfolípidos, aminoácidos, proteínas y nucleótidos (importante para evitar lesiones en el ADN y regular nuestra información genética). Además, favorece la metilación hepática (una de las rutas de detoxificación de fase II más importantes)

A diferencia de casi todas las demás vitaminas, la B12 se almacena en grandes cantidades, sobre todo en el hígado, hasta que es requerida por el organismo. Si se deja de consumir, los depósitos duran entre 3 y 5 años antes de agotarse. Es por este motivo, que muchas personas vegetarianas o veganas, al principio no notan tanto las alteraciones derivadas de su déficit.

La medicina convencional determina como valor normal en plasma un rango que va desde los 200 a los 900 pg/ml aproximadamente. Pero lo cierto es que un recién nacido tiene valores en cantidades cercanas a los 2.000 pg/ml. Aunque esta vitamina disminuye gradualmente con la edad, niveles normales y preventivos de B12 deberían considerarse entre 600 a 2.000 pg/ml. Cantidades menores a 350 pg/ml deberían considerarse deficientes.

 

Absorción y biodisponibilidad de la vitamina B12

Aunque la B12 puede ser sintetizada por algunas bacterias intestinales, su aprovechamiento es casi nulo porque están en zonas muy distales al sitio de absorción. Por lo tanto, debe ser necesariamente aportada por la alimentación.

La absorción se puede dividir en dos fases. La primera, a nivel del estómago, donde el ácido clorhídrico permite extraer la vitamina B12 de los alimentos ricos en ella y queda unida a proteínas. La segunda fase o alcalina, se produce en el intestino delgado donde las proteínas a las que quedó unida la B12 son degradas por las enzimas pancreáticas. A nivel del íleon (parte más distal del intestino delgado) finalmente se absorbe, pero para que esto pueda ocurrir, debe estar combinada con el Factor Intrínseco, proteína sintetizada por el estómago. Sin el factor intrínseco, la vitamina B12 se desplaza por el intestino y se elimina con las heces. Este factor disminuye con la edad y, junto con la disfunción pancreática y la inflamación intestinal, son los principales motivos de merma de B12 en las personas mayores.

Una vez absorbida, la B12 es transportada en el cuerpo por la transcobalamina y liberada a las células a las que ingresa por endocitosis.

 

Funciones de la vitamina B12

• Dadora de energía, interviene en la formación de glóbulos rojos, hemoglobina, en la utilización y absorción del hierro por eso, una de las manifestaciones más conocidas de su déficit, es la anemia. También interviene en la toma del ácido fólico por parte de la célula, lo que explica por qué sus déficits muchas veces están tan relacionados.

 

• Interviene en la formación de mielina, necesaria para la protección de todo el sistema nervioso. Favorece la regeneración de los nervios y enlentece la progresión de las enfermedades neurodegenerativas, como Alzheimer, Parkinson, Esclerosis Múltiple y neuropatías periféricas. Además, previene la atrofia cerebral, mejora la concentración, la actividad visual-espacial y las funciones autónomas.

 

• Esencial para la producción de neurotransmisores, su déficit puede afectar la síntesis de serotonina, melatonina y catecolaminas (dopamina, adrenalina y noradrenalina) lo que produce una fuerte tendencia a la depresión, alteraciones del ritmo circadiano, mala gestión del estrés y las funciones autonómicas, así como patologías psiquiátricas, cuadros que se exacerban en las personas mayores.

 

• Como consecuencia de los dos últimos puntos, existe una relación muy estrecha entre el déficit de vitamina B12 con el desarrollo y progresión de demencias, Alzheimer, desórdenes bipolares 1 (enfermedad maníaco depresiva) y 2 (personalidad ciclotímica). También está relacionada con comportamientos agresivos, ideación y psicosis paranoicas (no así con la esquizofrenia), enfermedades vasculares, neurocognitivas como depresión y alteraciones de la memoria, atención y concentración.

 

• Previene el riesgo de infarto y enfermedades cardiovasculares. Tanto la vitamina B12 como la B9 y B6 son necesarias para el metabolismo de la metionina, aminoácido esencial que, aparte de ser precursor y componente de péptidos y proteínas, desempeña una importante función metabólica al participar del sistema de transferencia de grupos metilos. Como subproducto de esta ruta metabólica se genera un aminoácido azufrado denominado Homocisteína. Su exceso está relacionado con la enfermedad cardiovascular, alteraciones neurológicas y cáncer.  Parte de la “mala fama” que tiene la carne roja, se fundamenta en este hecho. Pero lo cierto es que la carne roja no es el problema, sino las alteraciones que acarrea la alimentación moderna que termina alterando el correcto funcionamiento de nuestras vías metabólicas.

 

• Previene la génesis del cáncer, ya que es clave para mantener la correcta duplicación y señalización del ADN y del material genético celular.

 

• Ayuda al tratamiento de acufenos o tínitus y es preventiva de migrañas.

 

• Relacionada con el crecimiento de los niños. Necesaria para el desarrollo de la piel, membranas, sistema nervioso periférico y central, médula ósea, huesos, vasos sanguíneos y síntesis de ADN.  Tiene efectos neurotróficos e inmunomoduladores .

 

• Mejora el tratamiento del asma, las alergias e inmunodeficiencias incluido el SIDA.

 

• Favorece la fertilidad, ya que disminuye el riesgo de sufrir abortos, mejora la ovulación y la calidad del esperma. Junto con la B9 son claves para el desarrollo del sistema nervioso y nuevos tejidos, disminuye el riesgo de espina bífida, de anencefalia y otras alteraciones del tubo neural, funciones que las hacen esenciales en el peri-embarazo.

 

• Mejora la calidad del hueso, aumenta la densidad ósea y disminuye el riesgo de fracturas. Junto con la vitamina D son claves para el tratamiento y prevención de la osteopenia y osteoporosis.

 

• Ayuda a prevenir las aftas o estomatitis aftosa.

 

¿Cuándo está indicada la suplementación de vitamina B12?

• Síndrome de fatiga psicofísica.
• Trastornos mentales, como depresión, paranoia, pérdida de memoria y concentración, demencia. Nerviosismo, ansiedad.
• Enfermedades degenerativas del SNC: Alzheimer, Parkinson, Esclerosis Múltiple, Esclerosis Lateral Amiotrófica.
• Estimulación del sistema inmune.
• Anemia macrocítica (megaloblástica) aunque hay que tener en cuenta que un porcentaje de estas anemias cursan como normocíticas.
• Cefaleas, migrañas.
• Glositis, aftas.
• Alergias, asmas, alergias alimentarias.
• Alteraciones del ritmo circadiano y el sueño (sumado a la exposición de luz solar)
• Patología cardiovascular.
• Neuropatías.
• Cáncer (tratamiento y prevención)
• Peri-embarazo y lactancia
• Patología tiroidea
• Uso de métodos anticonceptivos hormonales
• Toma de estatinas que no sólo disminuyen la vitamina B12, también alteran la síntesis de coenzima Q10. Todo esto genera inflamación hepática, pérdida de la memoria, disfunción mitocondrial, dolor muscular y rabdomiólisis.
• Parásitos
• Vegetarianos y veganos
• Mayores de 60 años
• Alcohólicos y tabaquistas

 

Fuentes de vitamina B12

La podemos encontrar en los alimentos de origen animal, especialmente en cerdo, vaca, pollo, huevo, salmón, sardinas, ostras, almejas, atún, leche y quesos fermentados. Muy importante la ingesta de vísceras como hígado, corazón y riñones.

 

Causas de déficit de vitamina B12

Generalmente se debe a la mala alimentación, pobre en alimentos de origen animal y con exceso de productos refinados, pesticidas, herbicidas y metales pesados. Otras causas frecuentes son el consumo excesivo de alcohol, la inflamación intestinal, las alteraciones gástricas y la edad.

También hay drogas farmacéuticas que aumentan el riesgo de déficit de vitamina B12: colestiramina, macrólidos, neomicina, colchicina, cefalosporinas, anticonceptivos, cimetidina, famotidina, ranitidina, inhibidores de la bomba de protones, fenitoína, zidovudina, tetraciclinas, aspirina y metformina.

La disminución de B12 en personas mayores está causada habitualmente por gastritis atrófica tipo B, es decir, disminución de ácido gástrico y secreción de pepsinógeno, lo que disminuye su absorción. Afecta aproximadamente a un 50% de las personas mayores de 60 años. Por otra parte, la reducción de la secreción de ácido gástrico conlleva a la alcalinización del intestino delgado, lo que provoca sobrecrecimiento bacteriano. Esto sumado a la inflamación intestinal tan frecuente en el ser humano moderno, disminuye terriblemente su biodisponibilidad.

También se observa mucho déficit en jóvenes y niños obesos. En este grupo etario su carencia se relaciona con disminución de los escores de comprensión del lenguaje, de la expresión, de praxis construccional e ideacional, alteración de la memoria, concentración y atención.

Otros pacientes con riesgo de déficit son los vegetarianos y veganos, los pacientes con trastornos intestinales tipo diarrea, colon irritable y disbiosis. También aquellos con problemas estomacales y antecedentes de ingesta de antiácidos y similares. Los fumadores también suelen ser deficientes.

Hoy en día existe mucho déficit funcional de B12 (con valores de B12 normales o normales bajos). Existen cambios neurológicos incluso dos años antes de que se manifieste el descenso en plasma. El ácido metilmalónico y los niveles de homocisteína nos ayudan a sospechar estos cuadros que muchas veces cursan incluso sin anemia, ya que el déficit comienza en los tejidos sometidos a estrés oxidativo como pueden ser las neuronas y el endotelio vascular, con lo cual, las alteraciones neurológicas, psiquiátricas, cardiovasculares y degenerativas se pueden estar gestando subrepticiamente sin arribar a un diagnóstico (extrema atención en pacientes vegetarianos)

 

Síntomas de deficiencia de vitamina B12

Los síntomas más habituales son fatiga, pérdida de memoria, depresión, mal humor, agresividad, poca paciencia, quemazón en los pies y piernas, lasitud, confusión, glositis, leucoplasia (irregularidades de la lengua y labios), disfunción eréctil, infertilidad, bursitis, pérdida de apetito, anemia, reducción de las funciones cognitivas y trastornos neurológicos, pobre resistencia a las infecciones, atrofia del nervio óptico y otras neuropatías, osteopenia, osteoporosis y fracturas, aumento repentino de canas.

Los cuadros pueden ser tan severos que algunas veces se ha diagnosticado a pacientes como esclerosis múltiple, demencia o depresión mayor cuando lo que tenían era un déficit de vitamina B12.

Hay una alta prevalencia de déficit de B12 en pacientes con enfermedad autoinmune tiroidea, tanto con la tiroiditis autoinmune de Hashimoto (hipotiroidismo), la tiroiditis post parto, la enfermedad de Graves (hipertiroidismo) y la orbitopatía tiroidea.

 

¿Cómo se suplementa la vitamina B12?

Debido a todos los factores que se relacionan con su biodisponibilidad, la mejor forma de suplementar la vitamina B12 oral es por vía sublingual, de lo contrario se absorbe poco. Además, muchas veces justamente el problema no está en la falta de ingesta sino de absorción.

También se puede aplicar de manera intramuscular o endovenosa.

La dosificación de metilcobalamina es de un máximo de 1.500 µg/día.

 

Intoxicación por vitamina B12

Posee una toxicidad muy baja, pero siempre debe ser dada junto con otras vitaminas del grupo B, principalmente con ácido fólico, ya que su déficit puede estar enmascarado.

 

 

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